sábado, 21 de enero de 2012

Oprobio en femenino

21_01_12

Es la forma en que lo dices, no en sí el contenido, es la manera en que entonas las palabras, en la que modulas la frase que me sentencia, cómo mueves los labios cuando te diriges a mi, cómo entornas los ojos cuando me miras, es esa inclinación de la cabeza, esa ligera torsión del cuello que ejecutas con toda la intención aunque parezca un gesto fortuito e inocente.

Es en sí toda tú, cuando me dices no, cuando me hielas la sangre con un comentario cargado de siglos de aprendizaje en el arte de someter, es la manera simple pero mortalmente efectiva que tienes de clavar el aguijón en lo más profundo y retirarlo antes de sentir su punción en mi interior, eres la artista del escapismo evidente, eres la diosa de la iglesia del oprobio en femenino, eres la escultora del cincel ensangrentado.

Pero ¡ay! qué haría yo sin ese dolor sino seguir más muerto aún de lo que creo estar.

Mañana más. O pasado...